miércoles, 20 de marzo de 2013

EL BOLA Y EL MALTRATO INFANTIL. UN ANÁLISIS PSICOLÓGICO.


(Por Leonides López
2º Bachillerato).

  En las clases de Psicología, de 2ª Bachillerato, hemos estado visualizando la película española “EL BOLA”, ganadora de varios premios Goya en el año 2001, incluyendo: mejor película, mejor director novel (Achero Mañas), mejor actor revelación (el protagonista, Juan José Ballesta) y mejor guión original.
   El argumento de este film es el siguiente: El Bola es un niño de 12 años que vive atemorizado por su cruel padre. Le gustaría quitárselo de encima, pero no se atreve. Su situación familiar, que oculta avergonzado, le incapacita para relacionarse y comunicarse con otros chicos. La llegada de un nuevo compañero al colegio, con quien descubre la amistad y la posibilidad de conocer una realidad familiar distinta por completo, le darán fuerzas para aceptar y, finalmente, ser capaz de enfrentarse a la suya. (La escena final del actor, relatando los insultos, golpes y vejaciones de su padre es tremenda..., su mirada, sus respiraciones, sus pausas, todo en primer plano, resulta inolvidable y te pone el vello de punta).

  Pero centrándonos en el análisis psicológico, podemos hablar más sobre la figura del maltratador y, más concretamente, sobre las causas que llevan a este tipo de maltrato a un menor:
    • Personalidad o modelo psiquiátrico/psicológico: relación entre el abuso/abandono infantil y la presencia de enfermedades mentales o de algún síndrome o desorden psicológico específico
    • Económicas: A partir de la crisis y el desempleo, algunos padres que se encuentran en esta situación desesperada, y proyectan sus frustraciones con los hijos y los maltratan.
    • Culturales. En este grupo se incluye a las familias donde los responsables de ejercer la custodia o tutela de los menores no cuenta con orientación y educación acerca de la responsabilidad y la importancia de la paternidad y consideran que los hijos son objetos de su propiedad y, por tanto, pueden hacer con ellos lo que quieran.
    • Sociales. Cuando entre los padres se produce una inadecuada comunicación entre ellos y sus hijos, se da pie a la desintegración familiar.

    • Emocionales. La incapacidad de los padres para enfrentar los problemas, su inmadurez emocional, su baja autoestima, su falta de expectativas y su inseguridad extrema, motivan que vuelquen su violencia con los hijos.

    • La historia del maltrato de los padres. De acuerdo con múltiples estudios, es muy alto el promedio de padres agresores que sufrieron maltrato en su infancia.
    • Biológicas. Se trata del daño causado a los menores que tienen limitaciones físicas, trastornos neurológicos o malformaciones. El sentido de culpa juega un factor primordial en este apartado.
   Las consecuencias de este maltrato son muchas, por ejemplo: secuelas físicas producidas por el abuso físico o sexual, trastornos en la conducta, emocionales y sociales. Así como pesadillas y problemas del sueño, etc. En escolares y adolescentes encontramos: fugas del hogar, hiperactividad o aislamiento, bajo rendimiento académico,deficiencias intelectuales, fracaso escolar, delincuencia juvenil, consumo de drogas y alcohol, depresión, rechazo al propio cuerpo, culpa y vergüenza,agresividad, problemas de relación interpersonal.
   Después de todo lo comentado y viendo la repercusión que puede causar este maltrato, por ejemplo, en personas tan normales y entrañables como El Bola, creo que debemos hacer algo en la sociedad para cambiar esto. No se conseguirá en unos días, claro está, esto es una lucha de años, pero hay que intentarlo para no sobrecogerse con testimonios tan duros como los del protagonista.

viernes, 15 de marzo de 2013

CELOS SANOS, CELOS PATOLÓGICOS



Rosa Ana Centeno Calderón 
(Alumna de Psicología).

Para este artículo sobre psicología he escogido el tema de los celos en las parejas, porque me parece un tema interesante, que hoy en día es la causa de la ruptura de muchas relaciones.
Tras visitar algunos blogs de psicología, el de Alex (alex-psicoclinica.blogspost.com.es) me parece el más adecuado. Partiremos de él para exponer nuestro tema.
En principio, deberíamos de aprender a diferenciar entre los celos normales, los cuales cualquier persona puede sufrir en algún momento dado sin que suponga un problema, y los celos patológicos.
Los celos sanos suelen basarse en una simple preocupación por la pérdida de la persona a la que quieres, o por la relación real o imaginaria que tu pareja tiene con otra persona. Este tipo de celos son los que crean lo que nosotros llamamos “peleillas” que no tienen mucha importancia pero ya hacen que te enfrentes con tu pareja, poco a poco van tomando gravedad.
Por otra parte, los celos patológicos nos llevan a ser personas inseguras, hostiles, posesivas e incluso nos podrían llevar a una profunda depresión, con estos celos si es mas probable la ruptura de la relación.
La diferencia entre ambos celos está en que teniendo celos sanos, siempre preferimos poder estar con nuestra pareja y deseamos que no se vaya de nuestro lado, pero teniendo celos patológicos exigimos que nuestra pareja tiene que estar con nosotros y no tener ningún tipo de relación con otra persona, a esto le llamamos tener un pensamiento que no va mas allá de tus celos, basado en exigencias del cumplimiento de tus deseos. Para las personas que sufren este tipo de celos la infidelidad es algo terrible, como dice el psicólogo “siempre que exijas algo, al no ser como tu quieres que sea, lo considerarás terrible”. De este modo vigilarás cada gesto de tu pareja para impedir o prevenir que eso que consideras tan terrible, suceda.
Sin embargo, si una persona sufre de celos normales, se podrá preocupar pero no se aterrorizará porque puede suceder algo que le haga daño pero tiene claro que no se morirá porque eso suceda. Este tipo de persona también desea que su pareja esté sólo con ella pero piensa que su pareja es libre y si la deja será doloroso pero no terrible, ni insoportable. Pensando de una forma contraria a esta, serás una persona muy ansiosa, deprimida, insegura, agresiva y dependiente. Por ejemplo, como dice el sicólogo “si es una persona que piensa que su valor personal depende de que su pareja esté con él/ella, está creando una relación de dependencia, mientras que se piensa que su valor como persona no depende de eso, estará más relajado en su relación”.
La persona que piensa que si su pareja la dejara, sufriría mucho y no podría soportar ese dolor por lo que la otra persona también tendría que sentir ese dolor, demuestran que piensan antes en su bienestar que en el de su pareja. Si obligas a alguien a permanecer a tu lado sólo porque tu seas feliz, estas demostrando que no piensas en tu pareja, porque si tu quieres a la otra persona ante todo piensas en su felicidad y si su felicidad no es a tu lado, debes dejarlo ser feliz.
Caemos en el tópico siempre: “Como a mi me dolería mucho que me dejaras, no eres libre para hacerlo”. Entre estas creencias, también encontramos, según el psicólogo, las siguientes:
1-”Si mi pareja me es infiel, los demás se reirán de mi y pensarán que soy un idiota total, y eso no podría soportarlo”.
2-”Tengo que estar absolutamente seguro/a en todo momento de que mi pareja me ama, ya que necesito su amor para vivir”.
3- “Si mi pareja me deja, nunca encontraré a nadie a quien amar y seré infeliz toda mi vida”.
4-”Dado que no he logrado que mi pareja me quiera como tendría que haber hecho, soy una persona inadecuada e indigna de amor”.
5-”No puedo soportar que mi pareja no me quiera tanto como yo a ella/él”.
6-”Es terrible que mi amor sea correspondido (como tiene que ser) y eso hace que mi vida sea horrible”.
7-”La pareja que yo he elegido debe amarme mucho y en todo momento mientras yo quiera que sea así”.
Mi opinión sobre este estudio, es que esta información que nos aporta el articulista, basándose en Albert Ellis, es completamente cierta. Ya que creo que uno de los principales problemas en la pareja es la falta de confianza, y, por culpa de esa falta de confianza aparecen los celos. Pero siempre tenemos que aprender a diferenciar entre los celos sanos y los celos patológicos. Porque es hermoso acabar enfermos de amor, pero es un problema acabar enfermos de celos.

lunes, 11 de marzo de 2013

NORMAS PARA EL CORRECTO FUNCIONAMIENTO DE UN CENTRO

(Por Alberto Hernica)



La primera pregunta sería: ¿Qué es el centro?
Seguramente para los alumnos el centro son los profesores. Para los padres, quizá, puede ser el lugar donde van sus hijos a estudiar (en algunos casos, simplemente, donde “van”). Para los profesores, el edificio donde van a trabajar. Y para la administración, un número más de una lista que causa innumerables quebraderos de cabeza porque hay que alimentarlo económicamente, y más ahora en tiempos de crisis.
Pues bien, el primer paso es darse cuenta de que el centro pasa a ser algo más que cuatro ladrillos: profesores, personal laboral, padres, madres y alumnos/as.
La segunda pregunta sería: ¿Cuáles son las normas para el correcto funcionamiento de un centro?
       Escritas hay un montón, todas ellas perfectamente clasificadas en una buena tanda de documentos oficiales: PEC, ROC, BOJA, BOE y otros tantos más que muchas veces utilizan un lenguaje tan enrevesado y ambiguo que una misma ley puede interpretarse de diez formas distintas. Las hay para mantener la disciplina en clase, para evaluar a un alumno correctamente, para intentar alcanzar competencias básicas, para justificar faltas de asistencia…
Pero las importantes, las que verdaderamente merecen la pena, las que todos deberíamos seguir para conseguir un funcionamiento óptimo de nuestro centro…esas son precisamente las que no están reflejadas en ningún papel, y muchas veces por esto mismo ni siquiera contemplamos el seguirlas.
  1. Intentar hacer nuestro trabajo lo mejor posible: esto significa dar siempre el máximo de nuestras posibilidades. Por parte del profesor, explicar a los alumnos las cosas tantas veces como sea necesario para que estos las comprendan. De parte del alumno, hacer todo aquello que el profesor cree necesario para alcanzar los conocimientos que se persiguen con el estudio de un tema. Por parte del directivo, realizar todas aquellas tareas imprescindibles para que el profesorado pueda desarrollar su trabajo. Por parte del personal laboral, mantener el centro en óptimas condiciones de higiene y limpieza…
  2. Hacer todo lo que esté en nuestra mano por facilitar el trabajo de los compañeros: los alumnos deben comprender que si no dejan dar la clase al profesor están haciendo un flaco favor al resto de la clase, y que si llegan tarde por sistema e interrumpen el desarrollo de la misma será el profesor el que no pueda dar el máximo de su rendimiento. Los directivos tienen que intentar convocar reuniones en los horarios más adecuados para el global del profesorado, plantear los problemas del centro buscando el mayor consenso posible, saber escuchar y entender lo que se les plantea y tener esa mano izquierda que tantas veces posibilita un clima de trabajo agradable y duradero y que nunca debería echarse de menos. El profesorado debe hacer lo más fácil posible el trabajo del equipo directivo manteniendo al alumnado en el aula entre timbre y timbre y llegando a clase a su hora. Los padres deben ir de la mano de los profesores en la educación de sus hijos, y no darles a estos la verdad suprema (mucho menos delante de los niños).
  3. Cualquier cosa que se nos ocurra para que, aun sacrificándome de alguna forma, el centro alcance el principal objetivo de su existencia: enseñar.
Todo se puede resumir en una premisa: pensar más en los demás y menos en uno mismo. Adquirir una metodología de trabajo en la que el más importante sea el que tengo al lado. Pensar en cada momento qué es mejor para la mayoría antes de tomar una decisión. Apoyar a los compañeros, y no ir en contra de ellos…
¿Seremos capaces de hacerlo?

martes, 5 de marzo de 2013

CAMPAÑA DE INFORMACIÓN

Hoy vamos a dedicar una hora a pasar por las distintas aulas e informar a todos nuestros compañeros de nuestra iniciativa.
Esperamos tener una buena acogida si los alumnos comprenden que podemos ser su voz en nuestro centro.